martes, 29 de diciembre de 2009

o - a





El siguiente texto fue publicado en la cuarta entrega de la Revista PostaData.
Link: revistapostadata.com.ar



o-a

Si te digo te miento.
LOCURA
Si te explico no existís.
No es.
Se trata de eso: destripar corduras.
¡no tiene sentido, eso señor!
¡Claro que NO!
Si me decís te mentís.
Imagina:
zarpazo de hormonas aglomeradas en el centro de un abrelatas que esta en oferta a cuatro pesos con veinte mugrientos y milagrosos centavos obsesos por un poco de bolsillo con dulce de batata de algún hincha rival cansado de fideos con manteca y teléfonos sonando.
Sentido...¿de que me estas hablando? Por favor!
Si me digo me miento.
Y de repente: no tiene que ser así para ser.
No hace falta ver a Wilson en una pelota para que hablemos de Locura.
No.
Hay algo que va más allá de tu comprensión, de la mía.
Y cuando vos la ves alejarse entre los nidos flotantes –color nubes- y al mismo instante florecen llaves del cemento como si fuesen churros con dulce de leche rebosados en arena caliente...y todo eso sabiendo que no estas de vacaciones, entonces es preocupante: porque NO estas de vacaciones. Sin embargo te masturba la idea de que esa preocupación sea tan excitante que te termine por dar el placer más grande que hayas chupado en toda tu vida-
Y en ese primer vistazo donde te quedas agarrado entre tres palabras, pensando que si buscas algo más allá: te esperará el vacío absurdo, la nada urgente secuestrando idiotas para su legión MEDIOCRIDAD. Entonces te prendes más fuerte a las palabras como salvación-rechazo a lo mundano, tu cerebro a punto de hacer una fiesta y vos con antibióticos. No quiero.
A lo lejos de tanta mezcla: guarda tanto “tanto”. Adentro del agujerito de la “o”, adentro del agujerito de la “a”.
Pasión humeante, que se pega y lame la piel de nuestra imaginación
con el ímpetu de una babosa a la que nadie entiende, que ella se deshace por ser más rápida y hasta a veces se siente la más veloz de su planeta.
No soy quién para dejarte sin mí.
Por eso: hago de tu ancla: alas, eternidad -germinación de poroto- atravesada con tu “o”, terminada con tu “a”- infinita.
Todos podemos ser quienes queramos ser, siempre y cuando se acabe un letargo y no haya gente reacia a la locura.




sábado, 26 de diciembre de 2009

Pepe Zapata

Relato que se publicó en la Revista "El Caos Que Te Parió" en mi sección: Relatos de Ratos.
Link: elcaosquetepario.com.ar



4 de la mañana en Puente Saavedra-
Estaba sentado en mi Piaggio Vespa modelo 94 con motor apagado, esperando el colectivo que llevaría a la Cereza a su casa.
Esperábamos; cuando se presentó.
Actuó un papel de fiscal, me dijo algo en referencia a que no podía estar sobre la vereda con la moto y sin casco. Luego sonrió.
“Soy Pepe Zapata” dijo y le creí-
“Todos me conocen” continuó.
Como suelo ser muy sociable y hablo con quien se me cruza, le seguí la charla interesadamente.
Pepe contó que era zapatero del barrio de Nuñez, que conocía a Zulemita y que tenía dos sobrinas de 17 años.
Nombraba gente y gente. “Todos conocidos”, decía.

A mi lado, Cereza sólo miraba y esperaba mi mirada, que estaba en Pepe y en la chica esa de la esquina que no se tomaba ninguno de los taxis que paraba. Parecía que les decía para donde iba y nadie la quería subir. Yo me colgaba en sus pies, que se movían con una sutileza ligera marcando sus gemelos de piel suave.

Pepe tenía el pelo canoso, la piel morena de sol y calle, remera agujereada en la espalada, jean gastado y sucio y unas zapatillas que parecían indestructibles. Tenía 66 años y no lo dijo en toda la charla.
Nombraba personas todo el tiempo. Y todo lo contaba en un orden que me sorprendía.
Seguido del nombre y apellido, decía la profesión, luego donde vivía y terminaba comentando la edad y el como habían muerto.
Al principio imaginé que habría perdido muchos amigos de su edad, pero contaba muertes jóvenes e insólitas.
En un momento todo era sistemático. Nombre y Apellido, Profesión, Lugar de Residencia, Edad y Muerte-
“Sí, a Nico lo conozco. Pobre. Tuvo un hijo con una enfermedad extraña. Gastó todo su dinero en salvar al pibe. Y lo salvó. 20 años tenía. Se compró una moto y se mató. Se clavó el manubrio en el pecho y chau.”
También dijo que su madre había muerto y que por eso, para poder dormir dejaba la radio en volumen bajo.
Pepe no te aguantaba la mirada más de 3 segundos. Era como si no quisiese tener pena de uno.
Pepe tenía las monedas en la mano derecha y cada 6 minutos las contaba. Con la mano izquierda hacía ademanes y se agarraba del poste de la parada.
Pepe se reía de lo que contaba, se acercaba, te hablaba fuerte y dos veces me tocó el hombro izquierdo como pidiendo una mayor atención.

La chica de los taxis por fin se subió a uno. El taxi pasó, ella miró mostrando los dientes. En ese segundo vi a Pepe y Cereza como mis jefes de celda-
Cereza me rescató un par de besos.
Besé-

Pepe seguía relatando muertes. Hablando de sus rodillas lastimadas. Pepe no podía caminar más de 50 metros. Esperaba el 71 para ir a Plaza Miserere, de ahí se tomaría otro para llegar a Lanús.
Pepe usaba anteojos grandes y tenía el ojo derecho exageradamente más grande que el izquierdo.
Entre tantas muertes, contó que se había comprado un plasma cuando trabajaba en Rodo y que cuando llegara a su casa se tomaría unos mates y vería una película.
Le pregunté: “¿y cuándo duerme usted Zapata?”, tratando de que continúe hablando de algo que NO sean muertes.
Me contestó: “Duermo muy poco, cuando duermo.”
Puso cara de felicidad y tiró: “El otro día pasó el Huguito por la zapatería. Hugo Zaraya. Peluquero. Buen tipo. Hace mucho no pasaba, pero claro, después de la muerte de su hija, no quería salir ni a la esquina. Yo la conocía. Melisa, se llamaba. Estudiaba medicina, excelente alumna. 21 años. ¿Podés creer que la partió un rayo? Así como así. Zas! Y Huguito, pobre, no tiene consuelo. Esa noche llovía como nunca, lo recuerdo bien.”
Esa frase final me dejó con las ideas estáticas. Paralizado en mí pestañar. Ojos vidriados. Mi cabeza me acomodó en un pensamiento, que se erguía y me consumía.
¿quién era Pepe, realmente?
De pronto lo vi, lo entendí, lo razoné tan iluminadamente que lo sentí como un golpe en la nuca.
Claro: Pepe era la muerte.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Al descubierto, con la mirada de Pepe encima, con Cereza en mis brazos, con mi moto entre las piernas y con mi cabeza disparándome imágenes de todas las maneras en las que me podría morir en el trayecto de vuelta a mi casa.
Pepe hacía chistes sobre San Pedro y al mismo tiempo lo podías confundir con un ángel.
Pero Pepe era la muerte.
Lo pensaba y quería escribirlo.
Acerqué mi boca al oído de Cereza y le dije: “Necesito escribir ya!, Cereza: este hombre es la muerte”.
Ella no entendió lo literal que estaba siendo.
Llegó el 71. Se subieron los dos.
Pepe me saludó, se sentó y me volvió a saludar con una sonrisa aún más grande.
Cereza sacó el boleto, miró y caminó hasta el final del colectivo, donde se sentó junto a la ventana. Tiró un beso de media sonrisa apoyando su mano en la boca cansada.
Caminé con la moto hasta la esquina, despidiéndome de la calle, de las cucarachas, de la mugre y de los pasos ajenos.
Encendí la moto. Tomé coraje y aceleré-

Les digo la verdad: pensé que jamás llegaría a escribir estas letras.
Se ve que Pepe, esta vez, no venía por mí.

¿Quién lo estaría esperando en Lanús? ¿lo estarían esperando?

Recuerdo lo que Pepe le dijo a Cereza al verle los varios piercing que llevaba en los labios:
“Nena, ahora sé porque no los encontraba en la caja de pesca. Tenés todos mis anzuelos en tu boca.”
La última oración fue digna de un poeta.

A todo, no dejo de preguntarme:
¿Qué habrá sido de Cereza?



jueves, 24 de diciembre de 2009

Yingel bel

Me desperté el 24 de diciembre con ganas de secuestrar a Papá Noel.
La idea era la siguiente:
Encontrarlo, afeitarlo, quemarle el traje y las botas.
Ponerlo a dieta, ejercicio,
solcito como para que se tueste un poquito y tome color,
ojotas o alpargatas, una bermudita roja,
si le gusta ese color no puedo ser tan guacho tampoco, ¿no?;
una remera 100% de algodón (bien fresca) con la imagen de algún dibujo precolombino, y la gran consiga de regalar cultura latinoamericana a todo nuestro continente en algo que no sean renos, y como ya la estamos flashando un poco, se podría ir volando en alguna llama, ¿no?

Si ya se no te cabe ni un poquito mi plan, pero a mi tampoco me divierte ver a un tipo regalando felicidad a través de su idea de consumo y menos a los pueblos estafados como los nuestros por las ideas colonizadoras de los piratas más grandes del mundo, país del norte donde él es rey.

No me mata verlos, no me influyen más que para escribir.
Pero me mata pensar que la gente se crea feliz con eso, o tal vez si sean felices, ¿por lo que entonces sería peor?
Tal vez, porque conmigo no funciona y es la envidia de no “sentir” como sienten ellos.
A mi me llegan otras cosas, cosas que ni siquiera son cosas.
Pero eso los mata porque no saben donde comprarlo.
“¿che el Unicenter habrá?”
No quiero una camisa para navidad,
No me jodan con toda esa payasada.
Regálame una camisa otro día, ¿qué estas esperando Navidad?

Bueno los dejo con más de mi repudio a todo este show que nos vendieron porque a la mayoría le cuesta ser libre de pensamiento.

Amén y gloria al sistema, brinden con sidra REAL!
La sidra que te compra tu mamá-


“yingel Bel . yingel Bel”
¡Suena cancioncita!
Suena que no sabemos que quieres decir
¡Suena!

Suena y mi cabellera suda,
como sudan las baldosas
en este calor carioca
mientras las calles masoquistas
mueren de placer.

39 grados de sensación térmica
Cargada de 39 millones de Papá Noel
Por toda la ciudad,
Colgando de los edificios,
En las vidrieras, en las carteleras,
En las casas,
en cada gramo de publicidad que te aspiras al andar.
Es más en el obelisco hay un papa noel viviente
que esta sentado con los rayos de sol esparciéndose con la fuerza de un volcán por todo su cuerpo repleto de tela abrigada.
Es más le pusieron un “trono” tan grande que de lejos parece un enano.
“Esto si que es Argentina!” Diría el hermoso de Luca Prodán.

39 millones de Papá Noel iguales,
Con su barba que da calor
Con su gorro que da calor
Con su traje que da calor,
Con sus botas que dan calor,
Con su gordura que da calor.
Con sus renos sin gracia, que dan bronca,
Que la bronca da calor.
Y así queda en evidencia que la navidad en Sudamérica
queda desubicada como chupete en orificio anal.


nO se habla más señores,
sáquenme toda esta mierdita yanqui de acá.



DEJA DE PATALEAR AGUSTÍN
DEJA DE PATALEAR
Y PONETE A LABURAR.

“bueno, dale te vendo una poesía.”



miércoles, 16 de diciembre de 2009

Anatomía Poética - VideoPoema

Anatomía Poética






TEXTO

Estoy emborrachado de miradas
y nada
mareado de mi
de nada mas que mi
y me basta
me amo
me quiero ver mejor
y hago lo peor posible todo, y sin embargo me sale algo bien y sigo
y no paro...y paro....y ya no se que es camino que es PARAR
y no me molesta
y si
y la contradicción se hace exquisita
y traicionera
y me pica la mejilla
y la espalda no se rasca
y los sueños no dejan de ser sueños jamás
Hay que pisar fuerte
¿todo esto?
DIOS!
¿qué me decís de él?
yo te digo que tiene 4 letras y gobierna
y también te cuento que no soy oreja
tal vez una ojera
una abuelita sin nieto
tristeza
francamente me duele el hígado mas que el silencio
el silencio es pensamiento
fino, filoso
y lo filoso: corta
y odio esa palabra
cortar...¿qué peor que cortar?
¿qué quitar parte'
cortar es perder
¿odio perder?
Agustín odia perder
Agustín no sabe lavarse la ropa tampoco
pero si tiene que hacerlo... lo hace
y se baña....y llora
y eso es un juego difícil para el corazón
y la alegría es una deuda que cada tanto pago de mas
y la noche dura lo mismo que la tarde y lo mismo que un sueño en el 152-
y no me da vergüenza babearte la almohada,
Escúchame: ayer me estabas besando las manos y hoy me besas la frente.
Y en la frente no tengo una boca.

Me sobra hambre y no tengo tiempo para comer, no tengo que.
Y veo a los pibes con el uniforme del colegio y no los envidio nada
Deben estar por tener un parcial, y yo estoy por fumarme uno, relajarme.
¿Te das cuenta que estoy escribiendo?
¿qué me estas LEYENDO decir esto?
¿Y que ahora mismo no me doy cuenta
que esto lo estoy pensando ahora mientras escribo,
y tal vez no lo piense AHORA cuando me lees?
¿Se entiende, lo desentendidos que estamos?
¿Estamos?
¿Vos estas?
Mírame a la cara,
Bancame la mirada,
Estas ahí?
yo
me parece que no...

lunes, 14 de diciembre de 2009

El Aire No Cura

Advertencia: El siguiente texto contiene varias palabras del lunfardo argentino.
Debajo de la foto, el texto SIN LUNFARDO.



Vuela la tela que pongo de cortina,
El viento le imprime con fuerza su fuerza.
A mi me despeina.
Y me copa el aire volador en la jeta.
“Cura, hijo, el aire cura.”
Las bolas, el aire no cura un carajo.
Cuando se ponen metafóricos con eso
me rompen los huevos.
Si, ya se, estoy mal aprendido,
el lenguaje correcto a veces me aturde.
Venía a decirte, de una manera poética,
como el viento entra por mi ventana
hasta que me pareció una boludes gigante.
Ahora:
ahora suenan los silencios de la nada
y el vacío de la papa bien cocida.
Suenan
Suenan
Suenan
Y nadie tiene ganas de escuchar a una papa-








Vuela la tela que pongo de cortina,
El viento le imprime con fuerza su fuerza.
A mi me despeina.
Y me AGRADA el aire volador en la CARA.
“Cura, hijo, el aire cura.”
NO, el aire no cura NADA.
Cuando se ponen metafóricos con eso
me CANSAN.
Si, ya se, estoy mal aprendido,
el lenguaje correcto a veces me aturde.
Venía a decirte, de una manera poética,
como el viento entra por mi ventana
hasta que me pareció una ESTUPIDEZ gigante.
Ahora:
ahora suenan los silencios de la nada
y el vacío de la papa bien cocida.
Suenan
Suenan
Suenan
Y nadie tiene ganas de escuchar a una papa-

domingo, 13 de diciembre de 2009

Deliro - Cuerpos femeninos




del verbo:delirar

Veo cuerpos femeninos en el techo de mi habitación.
Sobrevuelan la ventana.
Formas toscas, rectas, sin cabezas.

creo, las imagenes lo explican mejor.




sábado, 12 de diciembre de 2009

Chifla el moño

Chifla que chifla el moño y no me canso de escucharlo
debe ser porque no soporto a la corbata
que se anuda a la garganta,
vaya a saber uno, buscando qué -



---







---


Alguien:
"Sos una persona muy especial."

Naro:
"No creo ser especial.
De hecho, creo que son todos especiales...menos yo."

viernes, 11 de diciembre de 2009

Paraíso. Casa de mi Tío.

Escena de Bohemio en la casa del Tío Hippie:
1er. día de grabación del Documental de Ricardo Marcenaro.
Hice Slide con algunas fotos que saqué-

Están invitados:



Pronto: video backstage.

vuelen!

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Nadas

Soneira: "Y chabón, ¿conseguiste trabajo?"


Naro: "Nada loco, Nada...no busqué NADA"









Es-
Es desfile de NADAS-
Todas juntas, victoriosas de ser, de estar, de que las vea.
Hay-
Hay NADAS de diamante y hay NADAS sin nada,
NADAS dichas, NADAS deshechas, NADAS sobrevaluadas.
¿Ves?
¿Ves las NADAS?
Acá y allá y más allá,
¿No ves las NADAS?
Apuntan directo a nosotros, NADAS de bronca y odio,
NADAS de amor y deseos.
Cuantas NADAS presentes/ausentes NADAS espías-espinas
NADAS decorando el mundo
NADAS que viajan en sus NADAS vacías.
Que caminan
Esperando NADA,
las NADAS.: esperan TODO.
Se reflejan en vidrieras: NADAS desesperadas
Y hay más:
disparan
NADAS llenas de NADA
ajenas al barro,
desalojando almas presas de la NADA.
con su amarillo NADA empapelando la ciudad.
No entienden NADA porque nunca les falto NADA.

En el amor y en la guerra
NADA vale y
Sin embargo hay escapes,
Y sin embargo hay trincheras.

Vuelvo a mi almohada
abandonado de NADAS

Me reflejo en mi colchón
revuelto
entre mis NADAS
y mis sueños de ALGO que lo sea TODO.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Deducción

A veces me siento un embudo caminando
con el corazón centrado, bebiendo las lagrimas del viento.

Me tengo enredado
oliéndome las cadenas
entre números reos, rebeldes –en fila y ordenados-

Si tuviese una patada logarítmica los acomodaría
en su desorden existencial.
No la tengo.
La invento, me la compro y la uso.

Impresionante deducción he sacado a flote:
Me estoy enamorando de aquel problema
al que jamás le encontré solución.





Comando Embudo







viernes, 27 de noviembre de 2009

jueves, 26 de noviembre de 2009

No toques mis huesos

Subí
Seguí
Anda a tu casa
Para
Juega
Pausa

El que sigue
el anterior

Dormí
Levantate

Prendete

Insertate
Bloqueate

Inicia
Suprimite
Control
Arriba
Abajo
Izquierda
Derecha
0-1-2-3-4-5-6-7-8-9
Mas
Menos
Dividido
Por
FIN

Punto
&
Coma

Dos puntos

Entrá

Escapate.


(LOS TECLADOS NO MIENTEN, O SI?)


martes, 24 de noviembre de 2009

Libre

Complot

Y todavía no saben lo que quiero


Celestial

Mañana un amor se dará a conocer.


Rumor

Engendros diciendo que no existe el mañana.
Que hoy: será todo.


Ilusión

Mujer con forma de flor, sonriéndole al mar.


Filet de Merluza

Afirma que no tardará más de veinte minutos


Respuesta

Insatisfecha, insatisfecho con las preguntas-


Dinero

No me mates.


Silencio

¿a qué hora pasas?


Estructura

Indestructible


Mentalmente

Libre!



miércoles, 4 de noviembre de 2009

Una mujer que bate crema puede ir a la guerra

En la cocina.
No hacía un licuado, batía crema con la batidora.
Momento alucinante.
La energía venía de dos lugares precisos:
1. el enchufe de la pared donde estaba enchufada la batidora.
Sentía como una fuerza inigualable se deslizaba por el cable hasta llegar a mí.
2. mis pies que tomaban la energía de la tierra, que se transmitía a lo largo de mis piernas, entre venas.
Agustín-Batidora, eran una misma cosa. Una misma fuerza.
De pronto: entendí.
No había una fuerza natural en mí. Yo solo manejaba la fuerza de la batidora.
Los hombres que batían crema en el 1800, ellos sí, que hacían fuerza.
Mientras seguía batiendo pensaba en esos hombres, en como enorgullecían a sus mujeres batiendo crema.
Pensé también cuanta crema podían llegar a batir a lo largo de su matrimonio.
Seguido, imagine a un montón de hombres alrededor de un INMNESO pote lleno de crema de leche. Ellos preparados para batir, mientras sus mujeres sonreían y alentaban a sus maridos desde las gradas. Los hombres mirándose entre ellos y trabando la musculatura para demostrar quien era el más fuerte de todos.
Al instante soñé a una nena viendo a su padre batir la crema, y pude ver en esa imagen tan pasional que ella soñaba ser como él, como su padre corajudo y perseverante, que en esos momentos estaba batiendo con tanta excitación que transpiraba sin parar, mojando con su sudor el tenedor de madera gigante que en aquellos años se utilizaba para batir.
La nena crecería, se ejercitaría hasta sacar más músculos que el padre y lucharía toda su vida por obtener un lugar en las grandes ligas de batimientos de crema de leche que se hacían al sudeste de una ciudad desértica de Estados Unidos.
Al tiempo Hollywood tomaría la historia para hacer una MEGA-SUPER PRODUCCIÓN, con toda la publicidad de la película y todo el merchandising de la nena que luchó contra todo lo establecido, demostrando que las mujeres también pueden ser heroínas reales del sistema, dejando en evidencia un gran mensaje subliminal: las mujeres TAMBIÉN pueden ir a la guerra.

En tanto, Estados Unidos, sigue dando lo mejor de sí para que siga habiendo guerras y en un futuro y de una vez por todas, las mujeres dejen de ser discriminadas y tengan el DERECHO de ir a la guerra como cualquier ciudadano estadounidense-

Después me acordé que estaba batiendo la crema.
Demasiado tarde... se había cortado.

Colgado, ¿yo?





En imagen: Isabel. Conocida en el barrio de San Isidro por su amor a los gatos callejeros, su pasión por las flores y por su devoción al Dios de La Biblia, de quien tanto predica.
Después lo que haga con su vida es otra cosa. Yo, solo comentaba porque es conocida.

Podría haber ido a la guerra tranquilamente.

lunes, 26 de octubre de 2009

Pi por radio al cuadrado

Segunda entrega de Poesía Flashera:

PI POR RADIO AL CUADRADO

El comedor no me quería en él-
Ambiente ambientado en llanto
-desgracia por venir.
Espectador de un espacio sagrado
Fui el único invitado al unplugged del reloj
que a cada segundo ladraba que no era mi hora-

Seis y media de la tarde callada
La casa vacía,
Debería mi amor estar siendo acosada
por las góndolas recargadas
de los chinos de la otra cuadra-

Complot!
Aburrimiento invita a la calma a bailar.
Unión que destruye -ELLA- :
-Amada eterna-
Belleza autentica
Luz con forma de esfera
De gajos blancos y negros
Pasión que contagian los abuelos.
Ahí
para mí:
Redonda: fui por ti.

Te acaricie con la derecha,
te castigue con la zurda, como te gusta,
En medias cortas con el empeine orgulloso.

"Vuela, llevando mis sueños,
Giras y giras,
te admiran las reliquias del hogar,
envidiando tu soltura.
Y sigues, acelerando en el aire,
cortando el polvillo que a tras luz iluminan
la ventana y la persiana,
esas chicas maniatadas a una libertad frustrada."

Te dignas a bajar,
circunferencia perfecta, pi por radio al cuadrado
y caes donde no debes mientras cierro los ojos –despacio-
para ver y no ver el impacto.

Ay que dolor, corazón! Tenía tanto valor para vos!

Corrí a esconderme bajo el colchón-

...

Ni esa reacción, ni esa devoción,
ni vos, ni yo.
Nada es eterno, amor:

se me rompió el jarrón.


lunes, 19 de octubre de 2009

Teoría: "Inicio de la vida"

Dedicado a mi barda querida, Karol Benoit Rodriguez, por desvirgar este texto con tanto amor.
Y para toda la hermosa República Dominicana, gracias!.



Teoría: "Inicio de la vida"

Me detengo en un pensamiento que me dejó la noche de ayer.
Abriendo mi cabeza, algo me delineó algo que se quedo subrayando antojos en mi conciencia. Y un surtido de delirios me despertó en un concepto.

Color. Uno o dos disueltos.
Se saturan del espacio oscuro. Ellos brillan en esferas, formas, constelaciones, satélites y otras maravillas parecidas.-

Cometa de color! Brilla entre el vacío, sacude color con tu inmensidad!

El espacio es vago en su resaca del ayer infinito.
Colores que en el espacio eran centro de atención, colores que desfilaban en sus propias huellas: toda su magia.
Se decidieron, en su absoluta decadencia, a la creación de algo que diera calor, sensación, que les diera a si mismos un despliegue mayor.
Con su razón se unieron, haciendo el amor.
Se penetraron entre sus destellos de luz, y en una orgía de colores sembraron en un planeta la maravilla de su semilla-.
Se alojaba cerca de la estrella mayor, la dueña de la sabiduría y el calor.
Los colores se deslizaron por ese mundo. Antes que nada, nacieron en flores, sin dolores, alegres, sonrientes, aferrándose a la tierra color.
Los colores tierra se desplegaron, de sus rebeldías nacieron montañas, de sus hazañas: el agua.
El agua pura por incolora, sedienta de milagro se alzaba entre los colores como única e indestructible. Los colores creadores, le dieron el 71 por ciento de la creación y ella: reina glorificada, reinó dando vida a los verdes.
Los verdes astutos dieron pastos y yuyos, plantas salvajes y árboles deseosos de cielo. Entonces, un celeste inmenso abrazó al mundo, les dio vuelo a las hojas y a los vientos.
Se dio cielo, y al agua reina dio celos.
Los colores pacifistas dieron al agua: cielo, para que ella lo recorra en nubes.

Agua en nubes viaja, observa desde la altura, se refleja en ella misma, y llora: gotas: lluvia.

Una lágrima es la gota del agua emocionada, la primera que besó la tierra sembró una semilla extraña.
Esta lágrima-semilla creció del humus, se erigió sobre las plantas, -las flores miraban extrañadas-. Piel, ojos, boca, rostro, cuello, espalda, torso, brazos, manos, ¡uñas!, pene, piernas, pies, dedos y más uñas.
Algo distinto se dio, el SER caminó, pisó y huellas dejó al avanzar.
El color se sintió torpe, pequeño, absurdo ante él.
El SER reflejaba colores en todo su organismo: sangre, venas, arterias, huesos, iris, cabellos, lengua, dientes.
El color omnipotente decidió parar, poner punto final, acabar.
El agua al mirar a su hijo no pudo evitar llorar, desde la altura de la nube una gota impacto en el ser, regó su cabeza, se esparció, recorrió su cuerpo, bajo por su pecho, rozó el pene, lo acarició, transitó, lo excitó y a la tierra calló la gota.

El SER se sintió tocado, necesitado.

De pronto de la tierra empezó a brotar otro SER.
Su belleza era inmensa, superaba cualquier creación. Deslumbraba, inquietaba, se desprendía de las flores, reina, amada, la tierra la formaba sin querer dejarla de tocar, mientras ella diosa inmune a la rendición del mundo, no paraba de engrandecerse.
Ilimitada y majestuosa, firme quedó frente a él.
Lo miró fijamente, ante su mirada arrodillada y ella que ya era ELLA; dominadora, lo besó.

El agua contemplo. Sería para ellos la madre, mamá que los limpia, mamá que les quita la sed, mamá que de tan preciosa se hace lágrima en sus hijos cuando necesitan del exilio o el perdón, o simplemente demostrar emoción.



Los colores dieron a luz al mundo, a lo que en él habita.

Los colores dieron a luz al amor, siendo amor, siendo luz.





martes, 13 de octubre de 2009

Le hice caso al felpudo

“WELCOME” me dijo un felpudo,
le respondí con un saludo:
“Hola, felpudo!”

Me dijo: “revisa abajo mío, que hay algo para vos”.
Lo saqué y le pregunte: “¿qué es esto?”
y él me miró y me dijo quejosamente: “la llave de la casa
salame...”
Ahí nomás me mandé...y empecé a buscar con quien quería encontrarme.
Fui a la cocina y revise todo los muebles...pero no estaba...
entonces corrí a la heladera, la abrí, miré bien
...tampoco estaba...

El felpudo se metió y me dijo: “esta arriba...”
y le dije: “¿en el cielo?, ¡¿Qué?! ¿¿se murió??...”
y respondió: “NOOO! salamee, está en el PISO de arriba”.
Entonces salté por las escaleras.

Una vez que llegue arriba,
vi 3 puertas y no sabia cual elegir.
Y entonces otra vez
el felpudo se metió y me dijo: “esta en la del medio...”
y yo le dije: “¿en esa?”....
y el felpudo me respondió: “NO salame...en la del medio...esaaa!!
“Ahh!” dije yo y me mande sin dudar.....

A simple vista no vi nada....hasta que de repente: lo vi....
Aunque no juntaba margaritas del mantel, ahí estaba...
-Inmaculado- sobre una mesa ratona posado sobre un plato.
SIII!!!...
el gran pedazo de Queso me miraba
y me llamaba para unirnos en un gran abrazo.....

No hay pasión, ni calor,
Ni sabor, ni tambor,
Más fuerte que el abrazo Queso-Salame
Cuando no ronda el jamón


No pude evitar preguntarle por Pancito:
“No se, la última vez que lo vi estaba re duro”

El felpudo nos miró y me dijo: “¡¡BIEN SALAME, lo lograste!!”
Guiñó un ojo
y se fue con su WELCOME tatuado en el pecho...

Yo: Salame,
feliz con Queso!

domingo, 11 de octubre de 2009

Me enamoré de una tecla del teclado

Primer entrega de Poesía Flashera:

Me enamoré de una tecla del teclado
de mi computadora

Cuando la toco,
se pone colorada.
Y le gusta ponerse así:
Colorada (como con color rojizo)

¿será que esta enamorada de mí?

Me rasqué el cuello,
Cascarita que se rompe, volcán de sangre
roja,
me quedó en la uña.
Dedo-uña con sangre.,
oprimí la tecla de la cual me enamoré,
tacto
y ella: de colorada a rojo pasión...
Nuestra pasión, llena de sangre,
excitación
calentura...
Mi yema, su relieve,
mi caricia fogosa, su plástico excitante...
Parte de mí se eleva...
Aprieto...
La tecla se deja,
La sangre fluye...

como el amor.


jueves, 8 de octubre de 2009

La mente y la ciudad

Aquí, acá, en este impreciso segundo, les dejo mi primer Anotación de Colectivo:

LA MENTE Y LA CIUDAD

Colectivo de la línea 152-
Las ventanillas bien limpias,
el sol las moja.
Y empieza, cabeza.

Trabaja la ardiente imaginación
Repartiendo paisajes.

Imagen
revelándose
en papel cerebral.

Por ejemplo: Imagino la ciudad de Paris, iluminada
Y al segundo veo un cartel con un dibujo de la torre Eiffel.


Es como si
la ciudad y la mente
se complotarán para que uno tenga
reflexiones incoherentes.


martes, 6 de octubre de 2009

UN LICUADO CON HISTORIA

Arranco con mi nuevo blog.

Sí, aunque no lo crean, después de tan poco...vengo con menos!

Los dejo con mi primer “Relato de Ratos”:

UN LICUADO CON HISTORIA


Corro a la cocina desesperado por un licuado. Por uno de esos licuados que me hago todas las mañanas y por el cual muchos me juzgan de enfermo mental. La verdad, no veo nada de raro en un licuado con leche, banana, azúcar, avena y huevo.

Pero bueno, no estoy escribiendo para contarles de mi licuado, sino de la sensación que tuve hoy al hacerlo.

A lo primero que apunto cuando voy por un licuado, es a la licuadora. Me fijo que este en perfectas condiciones, reluciente y de buen humor. Allí estaba...impecable.

Segundo: voy por la leche. Lleno la licuadora “a gusto” hasta llegar a los 300ml que marca el recipiente. Sí, si es ilógico, pero lo mejor de eso es creerse que uno lo esta haciendo a ojo...dice: “a veeer (mira de reojo las medidas del recipiente y cuando ve que esta por llegar a los 300, tira: “un poquito más y ahí, sí, ahí esta perfecto!” y sonríe como si alguien lo estuviese grabando). -Que quedé claro que redacté en tercera persona para no sentirme tan solo en mi pelotudes.-

Pero bueno, lo importante sucede en el tercer paso, donde cambia la historia...

donde se presenta LA BANANA.


Mientras mi mente vagaba por la senda de la nada,

mi mano, ni lerda ni perezosa,

ya tomaba por sorpresa a una banana despreocupada.


Mi mente atiende lo que sucede y ZAS!: La banana era grande, amarillo patito, nada marroncito ni nada verdecito, todo amarillita. De bajo de ella habían más bananas, más pequeñas pero de similar belleza.

Sentía el griterío de las otras bananas, que al ver como se alejaba la grandota, se ponían a llorar.

Ahí fue cuando me empecé a sentir la banana. Pura catarsis.

Era el asesino y el victima, era una sensación increíble de éxtasis: MATAR, QUE TE MATEN. Esa adrenalina macabra y excitante.

Había un juego claro en mí, y quería jugarlo: Agustín: el asesino. La Banana: la victima.

Tome la banana y con una frialdad imponente la desgaje sonriendo al mejor estilo el guasón. Luego la miré y dije: “maldita sea, ERES UN MACHO!” (al ver el piquito negro que llevan abajo las bananas).

Con un placer inmenso se lo arranque de cuajo y lo tiré al tacho junto con su uniforme.

Por dentro sentí la sensación de la banana, desnuda: siendo humillada ante esas señoritas bananas que miraban destruidas desde la canasta.

Arrastre a la banana por los aires, y pase pausadamente por enfrente de las jovencitas bananitas, para que la vieran humillada a la grandota...

Para que vayan sabiendo lo que les podía pasar.

“Amadas, moriré amándolas... amándolas a todas! ... Juliana, Lorenza, Estefania, mis bananas queridas, no me recuerden así”


La lagrima de la banana fue arrastrada por una brisa, que la llevo a caer sobre la canasta, regando así, en forma de rocío, a las bananas solteronas.


Empecé por abajo, le partí un pedazo, y después otro y otro pedazo, y así hasta llegar al tronco y su cabeza. La miré fijo y le murmuré: “no hay último deseo para ti, bananota”.

No termine de decir “bananota” que ya la había degollado y dejado caer su cabeza a la licuadora.

Disfrute unos segundos viendo como quedaba su cara bajo la leche, dejándola sin siquiera respirar.


“¿Qué hice yo para merecer esto? Sí siempre fui una banana sanita...sanita”

Por dentro me carcomía la idea de que se encienda lo antes posible la licuadora, me estaba ahogando en leche, sin sentir mi cuerpo, deseaba que terminase la historia.-


Sabía que la banana vivía. Lo tenía claro, me sentía ella.

Me acerque a la heladera lentamente. Lentamente saque un huevo, lentamente lo rompí y lentamente se lo tiré en la cabeza a la banana. Me reí, y me deleite con el ridículo que estaba pasando...ella, la banana, claro!.

“No llegue a recibirme pero ahora se lo que se siente un huevazo en la cabeza!,.. que se prenda la licuadora, que se prenda ya!... que me corte en pedacitos, que ya no puedo más-.”

Lentamente abrí la alacena, lentamente abrí la azucarera, lentamente le eche azúcar a la licuadora... rebosando bien lentamente lo que quedaba de la cabeza de la banana y más lentamente termine de decorar la mezcla ancestral. Todo lo hacía lentamente, sonriendo, sabiendo que ella no podía más.

Y llegó.

Era el momento clave.

Tapé la jarra de la licuadora y...

“prrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr”. Licuadora: licuando.


“aaaaaaaaadiooooos mundo bananero!!”

Mareado sentí el golpe de la cuchilla cortándome, empezaba a desaparecer. “y no deje descendencia, que mierda!...ni siquiera la puse”.

Se desintegraba el Don Juan entre avena, huevo, leche y azúcar, ante la mirada atónita de sus bananas.

Tomé la jarra, me serví y entonces tomé el licuado, lo ingerí con el mayor de los placeres. Jamás estuvo tan rico, tan sabroso.

Fueron dos vasos y medio de pura felicidad, de miradas contentas y soberbias a las bananas viudas que con muecas espectadoras, me despreciaban tanto como deseaban ser también ingeridas por mí.

El licuado fue extraordinariamente placentero, mate envuelto en alegría y morí cubierto en mi dolor...Ridículo...

como yo.




Al momento de sacarme la foto,
mi hermana me dijo: “Agustín, ¿no estas un poco grande para eso?”
Le conteste con la misma soberbia con la que mire a las bananas: “Perdón Belu, no sabía que había pasado la edad de ponerme una cáscara de banana en la cabeza!”


Me fui como si mi locura fuese de ella.